La Enfermedad No Impide La Salud

Bajo este lema el Programa Salud Mental Barrial, en el Servicio de Psicopatología y Salud Mental, legitima la incorporación a sus planes de trabajo con la población sana del Area Programática, de un repertorio de acciones con poblaciones que presentan patologías críticas y/o sus riesgos.

(Internados psiquiátricos, suicidios, lesiones neurológicas, violencia doméstica, familias con episodios de prisión, familias con drogadictos, etc.).

El tradicional dispositivo semántico-pragmático que consiste en oponer en un mismo nivel de valor a la salud y a la enfermedad es un error conceptual que oculta que la salud es un ente, esto significa que persevera en y más allá de sus accidentes, y que la enfermedad es uno de los accidentes de la salud, y no un ente - y que su existencia ontológica es inferior que la de la salud - que la modula, la afecta o altera, pero que no la sustituye, ni es el único de sus avatares.

La cosa accidentada, enferma, mantiene su ser, y no lo transmuta en otra cosa.

La enfermedad es un estado, provisorio o definitivo del organismo, que por serlo, manifiesta en ella una dimensión de su salud, cualquiera sea su "estado de enfermedad".

En el ámbito del Programa, salud no es un estado ideal de los organismos vivos sino, como declara el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, el estado del organismo en que es capaz de cumplir con todas sus funciones.

Pero la enfermedad no sustituye a la salud, sin la cual la enfermedad no puede "constituirse".

Este trabajo informa de los modos en que en las enfermedades de gran invalidación, - grandes accidentes, enfermedades terminales, patologías crónicas - el efecto de vivificación o de mejoramiento de la calidad de vida de su actor hace que la enfermedad pueda ser considerada como un episodio excepcional de salud.

Carlos Campelo